Adios Sui Generis
En esta oportunidad el “Templo de Rock” aprovecha la llegada de la primavera, la denominada estación del amor, del estallido adolecente y del florecimiento en general, para remontarse a la temprana adolescencia del rock Argentino. Allí, en aquella lejana primavera de los años 70’s 2 jóvenes idealista, pensaron un mundo desde el punto de vista del el ser y del conocer, creyendo firmemente que la reflexión era la manera adecuada de acercarse a la realidad de las cosas. Estos dos jóvenes se llamaban Charly García y Nito Mestre y juntos bajo el Nombre de Sui Generis hicieron vibrar a una generación, mostrándoles la realidad de la manera más tierna posible cuando todo un país se encontraba en las mismísimas puertas del Averno. De esta manera, el “Templo” recuerda a Sui a 35 años de su Adiós en una velada de despedida, a la cual Charly calificó como el Woodstock Argentino.
A aquella primavera de año 1975, Sui llega tras la edición de 3 discos de estudio “Vida” (1972), “Confesiones de Invierno (1973) y “Pequeñas anécdotas sobre las Instituciones” de 1975. Los comienzos no fueron simples parta estos niños del Barrio de Caballito, ya que su propuesta musical era muy resistida por el establishment del Rock, ya que Sui Generis lejos de lo pesado, se destacaba por composiciones acústicas con gran influencia del folk-rock Norte Americano (Dylan - Jethro Tull (Ian Anderson)) y por letras, que hablaban en forma directa de cuestiones como el amor, la rebeldía, las frustraciones y la esperanza
La ruptura del tabú llegaría, una vez más, de la mano de Jorge Alvares quien con gran visión les da una oportunidad y es así como Nito y Charly, en formato dúo y tan solo con una criolla tocan, en la oficina de Alvares, “Canción para mi muerte”. De la mano de este tema creado por Charly en el hospital militar…. Cautivan al productor y graban su 1er disco. Con el correr de los Álbumes, la su música va mutando y cada vez se alejaba más de sus principios acústicos para tornarse algo más eléctrica y definitivamente más progresiva. Con este cambio musical, también llegaría el cambio estético que encontraría, ya para la última etapa de la banda, a un Charly más rocker, con barba, otra manera de vestir menos emparentada con la cultura hippie y con una actitud mucho más rockera.
Así es como llegaban los últimos años con un grupo consolidado, que era una maquina de vender. Pero las cosas no venían bien en cuanto a sus relaciones. Chocaban mucho en lo referente a lo musical, Charly ya veía con buenos ojos el rock menos acústico, cosa que a Nito no le cerraba y por otro lado la censura estaba a flor de piel en nuestro país y cada vez se complicaba mas decir las cosas por su nombre. Esto llevó a Charly a un giro profundo que rompía los límites que le imponía la Sui, necesitando así un cambio visceral.
A partir de ese momento la banda comenzó a ensayar para presentarse en un gran concierto de despedida que tuvo lugar El 5 de septiembre de 1975 en el Estadio Luna Park, en dos funciones agotadísimas, en donde Sui Generis dijo adiós a su público. Del concierto se realizó un Album Doble en vivo y una película llamada, “Adiós Sui Generis”. En aquel mega Show, interpretaron clásicos de toda su carrera como “Confesiones de Invierno”, “Canción para mi muerte”, “Mr Jones” o “Aprendizaje” y algunos estrenos como Bubulina (Canción dedicada a su mujer de Charly, de hecho ese era su apodo), la cual fue editada tiempo después en el 1er disco de la Máquina de Hacer Pajaros. Otro estreno de aquella placa en vivo fue la canción “Nena”, la misma que 3 años más tarde se editaría bajo el nombre de “Eiti Leda” para el álbum debut de Seru Giran.
En cuanto la película, en ella puede verse la comunión de los adolecentes unidos en símbolo de paz por el amor a la música y al rock, pero la censura de la dictadura metió mano allí calificando al film, el cual se estreno el 2 de septiembre del 76 en el Cine Plaza, como prohibida para menores de 18 años. Pero lo realmente loco no es la prohibición, sino que lo absurdo es que los mismos chicos que 1 año atrás habían presenciado en Show, no podían asistir al cine.
Ahora disfrutemos de un clásico de aquella velada en el Luna Park, Confesiones de Invierno.
En esta oportunidad el “Templo de Rock” aprovecha la llegada de la primavera, la denominada estación del amor, del estallido adolecente y del florecimiento en general, para remontarse a la temprana adolescencia del rock Argentino. Allí, en aquella lejana primavera de los años 70’s 2 jóvenes idealista, pensaron un mundo desde el punto de vista del el ser y del conocer, creyendo firmemente que la reflexión era la manera adecuada de acercarse a la realidad de las cosas. Estos dos jóvenes se llamaban Charly García y Nito Mestre y juntos bajo el Nombre de Sui Generis hicieron vibrar a una generación, mostrándoles la realidad de la manera más tierna posible cuando todo un país se encontraba en las mismísimas puertas del Averno. De esta manera, el “Templo” recuerda a Sui a 35 años de su Adiós en una velada de despedida, a la cual Charly calificó como el Woodstock Argentino.
A aquella primavera de año 1975, Sui llega tras la edición de 3 discos de estudio “Vida” (1972), “Confesiones de Invierno (1973) y “Pequeñas anécdotas sobre las Instituciones” de 1975. Los comienzos no fueron simples parta estos niños del Barrio de Caballito, ya que su propuesta musical era muy resistida por el establishment del Rock, ya que Sui Generis lejos de lo pesado, se destacaba por composiciones acústicas con gran influencia del folk-rock Norte Americano (Dylan - Jethro Tull (Ian Anderson)) y por letras, que hablaban en forma directa de cuestiones como el amor, la rebeldía, las frustraciones y la esperanza
La ruptura del tabú llegaría, una vez más, de la mano de Jorge Alvares quien con gran visión les da una oportunidad y es así como Nito y Charly, en formato dúo y tan solo con una criolla tocan, en la oficina de Alvares, “Canción para mi muerte”. De la mano de este tema creado por Charly en el hospital militar…. Cautivan al productor y graban su 1er disco. Con el correr de los Álbumes, la su música va mutando y cada vez se alejaba más de sus principios acústicos para tornarse algo más eléctrica y definitivamente más progresiva. Con este cambio musical, también llegaría el cambio estético que encontraría, ya para la última etapa de la banda, a un Charly más rocker, con barba, otra manera de vestir menos emparentada con la cultura hippie y con una actitud mucho más rockera.
Así es como llegaban los últimos años con un grupo consolidado, que era una maquina de vender. Pero las cosas no venían bien en cuanto a sus relaciones. Chocaban mucho en lo referente a lo musical, Charly ya veía con buenos ojos el rock menos acústico, cosa que a Nito no le cerraba y por otro lado la censura estaba a flor de piel en nuestro país y cada vez se complicaba mas decir las cosas por su nombre. Esto llevó a Charly a un giro profundo que rompía los límites que le imponía la Sui, necesitando así un cambio visceral.
A partir de ese momento la banda comenzó a ensayar para presentarse en un gran concierto de despedida que tuvo lugar El 5 de septiembre de 1975 en el Estadio Luna Park, en dos funciones agotadísimas, en donde Sui Generis dijo adiós a su público. Del concierto se realizó un Album Doble en vivo y una película llamada, “Adiós Sui Generis”. En aquel mega Show, interpretaron clásicos de toda su carrera como “Confesiones de Invierno”, “Canción para mi muerte”, “Mr Jones” o “Aprendizaje” y algunos estrenos como Bubulina (Canción dedicada a su mujer de Charly, de hecho ese era su apodo), la cual fue editada tiempo después en el 1er disco de la Máquina de Hacer Pajaros. Otro estreno de aquella placa en vivo fue la canción “Nena”, la misma que 3 años más tarde se editaría bajo el nombre de “Eiti Leda” para el álbum debut de Seru Giran.
En cuanto la película, en ella puede verse la comunión de los adolecentes unidos en símbolo de paz por el amor a la música y al rock, pero la censura de la dictadura metió mano allí calificando al film, el cual se estreno el 2 de septiembre del 76 en el Cine Plaza, como prohibida para menores de 18 años. Pero lo realmente loco no es la prohibición, sino que lo absurdo es que los mismos chicos que 1 año atrás habían presenciado en Show, no podían asistir al cine.
Ahora disfrutemos de un clásico de aquella velada en el Luna Park, Confesiones de Invierno.